Descripción
La vida de George Müller
La fe de George Müller y de sus colaboradores fue probada en muchas ocasiones en el orfanato. ¡Ellos vivían por fe día tras día! Cierta vez no había nada para ofrecer a los niños en el desayuno. Los pequeños se sentaron en torno a las mesas como de costumbre. Allí estaban los platos y los jarros, pero no había nada en ellos. Entonces Müller dijo: “Daremos gracias a Dios por lo que vamos a recibir”. Aún no habían terminado de orar, cuando alguien llamó la puerta. Un lechero había tenido un accidente, rompiéndose una de las ruedas de su carreta frente a la puerta del orfanatorio, por lo cual supo que debía entregar la leche a los niños. Mientras descargaban la leche, llegaron unos carritos de la panadería más selecta de la ciudad, con un mensaje que decía que por cierto descuido, todo el pan que habían horneado la noche anterior no tenía la hermosa presentación de costumbre, así que lo donaban a los niños. Así fue como todos los huérfanos recibieron aquel día su desayuno… ¡y en abundancia! Algunas veces le preguntaban a George Müller: “¿Por qué no toman el pan a crédito? El orfanato es obra del Señor, y por lo tanto ustedes pueden confiar en que Él proveerá los medios necesarios para pagar la cuenta al final del trimestre. ”Parecía una buena sugerencia, pero Müller dijo: “Dios no sólo suplirá lo necesario, sino que lo hará en el tiempo preciso; ¿por qué confiar en Dios para el fin del trimestre y no confiar en él AHORA? Además, apoyarse en un crédito no fortalece para nada nuestra fe. Además, la Biblia dice: “No debáis nada a nadie”. Aceptar los alimentos a crédito sería negar el objetivo fundamental de las casas de huérfanos, que es mostrarle a la iglesia entera, que aun en estos días malos, el Dios vivo está pronto para ayudar, consolar y socorrer en respuesta a las oraciones de los que confían en Él. No necesitamos recurrir a los métodos del mundo para servir a nuestros semejantes.”